MEJORANDO NUESTROS PASTOS MEJORAMOS LA BIODIVERSIDAD DE NUESTRAS DEHESAS

MEJORANDO NUESTROS PASTOS MEJORAMOS LA BIODIVERSIDAD DE NUESTRAS DEHESAS


La dehesa se caracteriza principalmente por ser un pastizal bajo arbolado



La Oropesa es una finca está situada en el término del pueblo cordobés de Fuenteovejuna. Su dueño es uno de los 38 propietarios de dehesas que decidió colaborar con el proyecto Life+Biodehesa. Como parte de la Red de Dehesas Demostrativas, en ella se han realizado actuaciones de mejora de pastos para aprender a enriquecerlos y a aumentar y diversificar su producción y calidad, lo que será bueno para el ganado y para muchos componentes de su fauna y flora.
Lo primero que hicimos en esta finca cordobesa fue preparar el terreno con un doble pase de grada cruzado, con el fin de conseguir que los primeros centímetros del suelo queden sueltos. El suelo estaba en tempero después de unas lluvias algo tardías: las condiciones de partida nos parecieron apropiadas. A continuación, sembramos y abonamos aprovechando el pase de la abonadora centrífuga. El abono que empleamos fue fosfato natural blando, con una dosis de 300 kg/ha.
Una vez terminados estos trabajos pasamos un rulo ligero para cubrir las semillas. Hay que destacar que para los casos en los que el terreno tiene mucha humedad se debe evitar este pase de rulo, que puede compactar el terreno y crear una costra superficial. En estas ocasiones se pasará una rastra o haz de ramas para minimizar las pérdidas por predación y mejorar su nascencia.
Siempre tenemos que extremar el cuidado con esta operación, ni tanto como para que ahoguemos a la semilla o las condenemos a no poder emerger, ni tan poco como para que no haya contacto con las partículas del suelo o que las pongamos a disposición de algún que otro animalillo, que satisfará su hambre con las semillas.

¿Que especies hemos usado?
Se ha sembrado una mezcla de especies pratenses adaptadas a las condiciones de la finca (tréboles de distintas variedades y gramíneas) con una dosis de 25 kg/ha.
Como esta dehesa se gestiona mediante las prácticas de la agricultura ecológica, era importante contar con un certificado de que la semilla utilizada no haya sido genéticamente modificada , ni haya sido sometida a ningún tratamiento químico.
¿Cuando la hemos realizado?
La siembra se realizó durante el mes de noviembre. Quizás hayamos apurado demasiado, pero hemos tenido que coordinar muchas actuaciones al inicio de la ejecución del proyecto, en un breve plazo de tiempo. En fin, el día a día de lo que sucede en el campo. Y tampoco podemos asegurar cuándo van a caer las buenas lluvias que favorezcan la nascencia. En todo caso, y como recomendación general, las características climáticas de esta zona hacen más aconsejable una siembra algo más temprana, hacia mediados de octubre.
Gestión de las parcelas sembradas
Ahora toca realizar un buen manejo del pastoreo durante los primeros años para asegurar la implantación de nuestra pradera. Durante este primer año, y dependiendo cómo vaya el pasto, se podrá aprovechar unos días, pero siempre con precaución y dejando que el pasto se desarrolle durante la primavera para conseguir un buen semillado a la entrada del verano.
Una vez que la parcela se haya secado, conviene pastorearla intensamente y evitar que las semillas puedan salir de la parcela instalando un punto de agua dentro de ella. El otoño que viene, si todo va bien, dispondremos de un espacio mejorado para que pastoree nuestro ganado, pero también habremos mejorado la biodiversidad y sostenibilidad de la dehesa.
El peso específico del pasto
Los pastos herbáceos son el principal recurso alimenticio para el ganado y la fauna silvestre procedente de la propia dehesa, destacando por su buena calidad y por tener una diversidad en especies muy alta, constituyendo por tanto un importante recurso biológico y genético. Esta diversidad es consecuencia de la evolución común de los herbívoros y el pasto. De hecho, se da la paradoja que los pastos que son comidos por los rumiantes necesitan de ellos para mantenerse. En definitiva, la conservación de los pastos herbáceos esta ligada al buen pastoreo del ganado, que cuanto mejor lo haga (en intensidad, tiempo de estancia en el pastizal y otros muchos factores) contribuirá a mejorar su diversidad, cobertura, producción y calidad. Lo que repercutirá más que favorablemente en las cuentas de explotación de la dehesa.

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